El 60 % de los graduados, ya sea en carreras técnicas, tecnológicas o profesionales, son mujeres. Han logrado ser visibles impulsando leyes para su protección en un país donde la justicia se raja cuando se califica de uno a diez, saca uno. Donde el delincuente tiene más garantías que la gente que actúa bien. Caso, solo visto en Colombia, en cualquier país desarrollado infringir la ley trae severas condenas y hasta la muerte. Ser delincuente es lo peor que puede haber, pero en Colombia por una justicia ineficiente parece que no. El estado no debe crear más leyes, sino aplicar las que ya se tienen con todo el rigor contra el delincuente. Leyes como la ley 882 o ley de los ojos morados, la ley 906 de procedimiento penal, la ley 984 sobre protocolo facultativo de la convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y la ley 1098 de protección a las mujeres gestantes. Pero, aunque la mujer se ha abierto paso en la sociedad, hoy vemos como en el 2020 fueron asesinadas por sus compañeros y esposos 315 mujeres y más de 16.000 han sufrido violencia intrafamiliar, casos que se da en todos los estratos sociales, desde el 1 hasta el 6, según el Observatorio de Feminicidios en Colombia. Eventos que han tomado fuerza en el tiempo de aislamiento. Una de cada tres mujeres sufre violencia física o sexual en su gran mayoría dentro del hogar. Como ciudadanos de bien no podemos callar y no hacer nada cuando en un barrio se maltrata a una mujer o se intenta matar. No podemos ser eso, seres inhumanos que se dedican a grabar con un celular, pero no hacen nada. Se ha preguntado ¿qué tipo de ciudadano es usted?
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