Colombia es un país con grandes potencialidades en el área agrícola y pecuaria que permite producir todo tipo de plantas y animales en diferentes pisos térmicos, únicos en el mundo y básicos para la alimentación de la población global. Según el ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Colombia tiene 23 millones de hectáreas de las cuales solo está aprovechando 7 millones, y de 19 millones de hectáreas para cultivos forestales solo está usando 400.000.
El agro colombiano debe industrializarse, ya que según los expertos de la FAO tiene productos competitivos como frutas, hortalizas, maíz, flores, banano y caña de azúcar entre otros, donde la producción agropecuaria y la cadena de transformación agroalimentaria genera la mayoría de empleos que se producen en nuestro país. La industrialización del campo requiere desarrollo científico y tecnológico en la generación de semillas y materiales, involucrando actores privados, capital extranjero, uniendo ciencia y tecnología por medio de los grupos de investigación de las universidades y el fortalecimiento que hacen las instituciones de educación agrícolas en el tema de investigación y puesta en práctica, para llevar una nueva generación de emprendedores al campo. El campesino quiere salir adelante, salir de pobre y ser competitivo, pero para lograrlo es necesario crear organizaciones que representen y apoyen todas las fases del proceso de los agricultores, desde la asesoría, siembra, tecnificación y comercialización de los productos que producen, simplificando la intermediación, reduciendo costos de insumos agrícolas, transporte, desarrollo de bancos de semilla, así como áreas que permitan tener estadísticas, análisis de precios, diseñar canales de mercadeo y comercialización. Como por ejemplo la Federación Nacional de Cafeteros, que ha estado trabajando en dignificar la operación del cafetero, diseñar políticas de comercialización, atender a proveedores y buscar mercados externos, entre otros. Una revolución del campo que permita tener un sector altamente desarrollado, donde el campesino se anime a transformar parte de lo que produce y ser más competitivo cultivando más hectáreas, obteniendo mejores resultados exportando y sacando provecho a los tratados de libre comercio. La industrialización del campo es una posibilidad para llevar desarrollo al campo y resolver los problemas de migración a las zonas urbanas que genera día a día un crecimiento demográfico negativo, mejorando las condiciones de vivienda, reduciendo la pobreza, teniendo un mejor bienestar. Indudablemente el campo representa las bases del progreso y todo está por hacer.Humberto Durán Vera |